La biodiversidad es esencial para el desarrollo sostenible, según la ONU. Una forma de pensar estas dos nociones es que la biodiversidad juega un rol clave en la consecución de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ODS), en línea con la Convención sobre Biodiversidad (CBD).
Sin biodiversidad no tendríamos alimentos para comer, ni agua limpia que beber. La biodiversidad también mitiga el cambio climático, refuerza la salud y crea empleos. Juntos, la biodiversidad y los ecosistemas saludables incrementan la resiliencia y sirven como amortiguadores naturales ante eventos climáticos extremos, como las sequías, las tormentas y otros desastres naturales. Por un lado, la biodiversidad es esencial para la continuidad de la vida humana. Por otro lado, el desarrollo sostenible es necesario para asegurar que se mantenga este sistema de vital soporte. Por eso, uno de los objetivos del desarrollo sostenible es preservar, restaurar o mejorar la biodiversidad, por el bien de la vida en la Tierra, tal como la conocemos. Por último, pero no menos importante, este desarrollo debe ser inclusivo para ser sostenible.