Son muchos los beneficios del desarrollo sostenible para las personas y el planeta. Su objetivo es mejorar la calidad de la vida de las personas y se basa en los principios que promulgan que las cuestiones ambientales, económicas y sociales están estrechamente vinculadas.
Económicamente hablando, las prácticas sostenibles crean un medioambiente más saludable, seguro y productivo. Desde el punto de vista social, las prácticas sostenibles ayudan a fortalecer los lazos que se forjan en la sociedad, a mejorar la calidad de la vida de las personas y a brindar esperanza para un futuro mejor. Y desde la óptica del ambiente, las prácticas sostenibles preservan los recursos naturales, ayudan a mitigar y adaptarse al cambio climático y tutelan la biodiversidad. La inclusión social y los beneficios de la sostenibilidad, que resultan del desarrollo sostenible, están directamente ligados con la electrificación.