Algunos de los beneficios de las baterías de vehículos eléctricos de segunda vida para el medio ambiente son:
- limitación de la extracción de minerales e incremento de la conservación de recursos, lo que impide que los minerales de la Tierra se agoten aún más, y evita el procesamiento intensivo de materiales con uso (o emisión) de energía.
- reducción de desechos en el medio ambiente.
- re-utilización de los materiales una vez reciclados.
Además, la extensión de la vida de las baterías hace que se reduzca su huella de carbono y aumenta la cantidad de energía renovable en la red. También garantiza que los vehículos eléctricos sean más económicos porque los costes que supone la eliminación de residuos se convierten en un valor residual, y de esa manera, se promueve la transición de energía además de generar un círculo virtuoso de descarbonización.