En este escenario,
la flexibilidad tanto en la generación como en el consumo se vuelve crucial. Es una cualidad cada vez más valiosa, porque permite a los proveedores de energía mantener el equilibrio de la red sin recurrir a las centrales eléctricas de «carga máxima» que utilizan combustibles fósiles. Al mismo tiempo,
está creciendo la demanda de energía. Los centros de datos, que albergan los enormes servidores necesarios para la computación en la nube, han apostado por sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI) como parte de los recursos de suministro eléctrico de reserva necesarios para garantizar la continuidad del servicio y cumplir los
objetivos de sostenibilidad. Estos SAI, combinados con generadores de reserva y almacenamiento en baterías, pueden aliviar dinámicamente la tensión del sistema de red, de modo que los centros de datos se conviertan en aliados de los operadores de red a la hora de alcanzar el equilibrio necesario para funcionar correctamente en tiempo real.