Las Naciones Unidas estiman que más del 55% de la población mundial vive en lo que se conoce como "asentamientos urbanos", una cifra que alcanzará el 60% de los habitantes del planeta cuyo número también habrá crecido en 2030. Estos datos colocan a las ciudades en el corazón de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El concepto de ciudad inteligente surgió con toda probabilidad después de 2008, cuando las principales empresas tecnológicas comenzaron a discutir sobre el potencial de la tecnología para la transformación de las ciudades en centros de innovación eficientes y de alta tecnología. El alcance de este modelo se ha ido ampliando a medida que ha ido aumentando la importancia de las ciudades en la lucha contra el cambio climático. Y aunque no existe una definición única de qué es exactamente una comunidad social de ciudad inteligente, hay un consenso de opiniones que la define como la que utiliza la tecnología para reducir tanto las entradas como las emisiones. Entonces, ¿qué es una ciudad inteligente? Es una ciudad sostenible.
Las ciudades inteligentes son una herramienta clave para el desarrollo sostenible en línea con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de la ONU. Ya que en la medida en que tratan de reducir el consumo de energía, pueden mejorar el rendimiento y la gestión de una red de inteligente a partir de soluciones basadas en datos que pueden monitorizar la calidad del aire, aplicar controles de velocidad, gestionar el tráfico en las carreteras y mucho más.