Similares a organismos, capaces de adaptarse a la variabilidad de las circunstancias externas y también, de planificar su desarrollo teniendo en cuenta las exigencias de sus habitantes y el impacto que las tecnologías pueden producir en el bienestar. Son las ciudades inteligentes del futuro: grandes ecosistemas hiperconectados, llenos de sensores, dispositivos y software que recopilan y procesan una enorme cantidad de datos para facilitar servicios cada vez más avanzados, responder en tiempo real a las exigencias de los ciudadanos y administrar de forma racional y sostenible a las metrópolis de hoy y de mañana.
Administración basada en datos
Los datos son el corazón palpitante de la ciudad inteligente del futuro. La información que procede de personas, vehículos y edificio se procesa y transforma en políticas de administración eficiente. A través de una app, el ciudadano se entera de todo lo que necesita para vivir mejor la ciudad.
Un dispositivo de este tipo, basado en la Internet de las Cosas, ya se utiliza en Ámsterdam para controlar y regular en tiempo real la circulación, el consumo energético y la seguridad.Barcelona cuenta con un sistema similar para la gestión integrada de agua, alumbrado y aparcamientos, con beneficios considerables para la comunidad.
Transporte
Vehículos con conducción autónoma en las calles, movilidad compartida (coches, scooter y bicicletas compartidos), puntos de recarga bidireccional de coches eléctricos, sensores ambientales, aparcamientos, semáforos y alumbrado público inteligente. Es el futuro del transporte en la ciudad inteligente. Por ejemplo Kansas City, en Estados Unidos, cuenta desde hace años con un sistema de iluminación adaptativa con cámaras de vigilancia instaladas en los faroles que les facilitan a los ciudadanos datos en tiempo real sobre tráfico, aparcamientos, peatones en tránsito y situaciones de peligro.
Energía
Sistemas energéticos cada vez más digitalizados y eficientes, tecnologías como Vehicle-to-Grid, micro-grids bidireccionales y baterías de iones de litio, permitirán incrementar el uso de energía solar y eólica, evitar las fuentes contaminantes y favorecer un sistema de producción difundido, descentralizado y de cero emisiones.
Urbanismo
Más espacios verdes, lugares de encuentro y espacios compartidos, carriles reservados al transporte público, las bicicletas y los peatones, menos vehículos en circulación y menos contaminación. Un modelo que en los últimos años ha permitido a Bogotá (Colombia) mejorar la seguridad, el transporte y la habitabilidad.
Una iniciativa parecida, que llevaron a cabo unos comités de vecinos, llevó a convertir en espacio verde una amplia zona abandonada del Bronx, en Nueva York. Las ciudades inteligentes también estarán hechas de edificios resilientes construidos con protocélulas, materiales orgánicos y de desecho capaces de adaptarse al entorno reduciendo el consumo cuando haga falta.
Prevención
Big Data, Analytics e inteligencia artificial ayudarán a las ciudades inteligentes a prevenir los problemas, tanto de tráfico como de salud y hasta de seguridad. Siempre en Estados Unidos, Nueva Orleans cuenta con un sistema de análisis predictivo que mapea y controla las zonas con más riesgo de incendio. Utilizando un sistema análogo para mapear la recogida de residuos, Los Angeles logró reducir en un 80% las zonas clasificadas como no limpias.
Objetivo sostenibilidad
Una gran parte de estas soluciones ya forman parte de la oferta de Enel X para administraciones, empresas y particulares. Tecnologías que permiten mirar con optimismo a los retos que se nos plantean. Antes de 2050, el 70% de la población mundial será urbanizada. Transformar las metrópolis en ciudades inteligentes nos ayudará a ganar el desafío de la sostenibilidad a nivel global y asegurar un futuro mejor tanto para nosotros como para las generaciones futuras.