Un reto para innovar la e-Mobility: la historia de Rosa Della Sala

Me llamo Rosa Della Sala, tengo 28 años y soy de Avellino. Soy una millennial y, como la mayoría de los jóvenes de mi generación, pienso que la atención al medio ambiente y al dispendio, la capacidad de compartir experiencias y la de comprender el punto de vista de otras personas, sus necesidades y sus actitudes, son fundamentales para afrontar los desafíos que se presentan. Por ello decidí estudiar Psicología en la universidad y más tarde, para poder expresar mejor mi lado creativo e integrarlo con mi actitud a ponerme en el lugar del otro, me especialicé en Comunicación y Marketing.

Hace cinco años comprendí que estaba preparada para un nuevo reto y decidí ir a vivir a Roma para perseguir mis sueños y aspiraciones. Mi primer contacto con el mundo de Enel fue en 2017, unas prácticas en la unidad People Care and Diversity Management Holding. Fue maravilloso encontrar un ambiente donde se respira innovación, apertura a las buenas ideas que llegan de fuera, atención a la sostenibilidad, voluntad en repercutir positivamente en el futuro. Justamente lo que estaba buscando.

Después de esa primera experiencia, continué con una sustitución por maternidad en Enel Italia en la unidad People Care and Diversity Management Italia. En ese momento, el Consejero Delegado y Director General de Enel, Francesco Starace, en el último Millennials Ambassadors Forum, lanzó un nuevo reto dirigido a los jóvenes entre 18 y 29 años de edad. Al desafío respondieron 60 y uno de ellos, era yo. El reto exige una solución clara e intuitiva, fácil de usar y atractiva, debe ser, además, técnicamente factible y económicamente conveniente. En resumen, una solución apta para el negocio de Enel X y para sus clientes, innovadora y creativa. En primer lugar, intento focalizar las necesidades del cliente. Me imagino a una persona que usa su coche eléctrico sobre todo para desplazarse en la ciudad, sensible a las temáticas ambientales y al tanto de la innovación.

My millennial’s digital mindset immediately made me think that the solution should be both socially interactive and smart. My psychology studies gave me the idea that a reward mechanism would be the best way to achieve my goal: to persuade drivers to stop using the charging area as a parking place by leveraging their sensitivity to environmental issues. I decided that a bonus system, contained in an app, was what was needed.

The solution I proposed is called “environmental conscience” and it interacts directly with users, giving them a participative role that will consolidate their interest in safeguarding the environment. I prepared the slides and the video presentation about myself and my experience, pressed send and crossed my fingers.