Para su estadio de San Carlos de Apoquindo, cerca de Santiago, el Club Deportivo Universidad Católica –uno de los principales equipos de fútbol de la primera división chilena– quería alcanzar un importante objetivo de sostenibilidad: construir el primer recinto deportivo del país alimentado al 100 % por energías renovables que pudiera ofrecer a los espectadores un deporte deslumbrante y sin emisiones.